Vamos al asunto, sin circunloquios: Trump acaba de empezar a dialogar con la comunidad internacional y sus propios ciudadanos sobre Siria, asunto del que apenas se había ocupado hasta ahora más allá de las declaraciones emitidas, que parecían indicar que no quería ocuparse de ello. Y digo diálogo, sí, no se me ofusquen los señores y señoras, o señoras y señores, lectores y lectoras, o viceversa, ya dije que Trump era un realista como no hay dos, y así es como hablan los realistas[1], incluso en el ámbito privado. Pero intentemos desgranar los mensajes lanzados, a ver si podemos hacernos una idea de lo que seguirá a continuación, y para ello dividiremos el asunto en dos: clave interna y externa. Para adentro En clave interna, Trump hace honor a sí mismo, cumple con su palabra y, especialmente, con la imagen que ha cultivado de hombre decidido, serio y de acción —y que, como a todos los políticos, lo esclaviza en cierta forma—, alguien que no se pierde en sutilezas, el tipo de líder arrollador que gusta a la masa en general y, en especial, al tipo de votante que apostó por él para “hacer cosas” en lugar de hablar como los políticos de siempre, el outsider que, aunque a veces comete el pecadillo de actuar sin pensar, al menos no deja que la indecisión y las discusiones lo dominen. En este sentido es una afirmación de sí mismo en un momento de horas bajas de popularidad, lo que puede venirle muy bien, especialmente teniendo en cuenta el aderezo de las imágenes de niños retorciéndose. En un caso así quizá incluso Obama se hubiese visto obligado a actuar, sea como fuere, lo cierto es que a Trump le ha venido que ni pintado[2], lo que tampoco le quita mérito: hay que reconocerle la capacidad (a él o a sus asesores), propia de los hombres de negocios, al menos de los agresivos como él, de saber sacar partido rápidamente de las oportunidades cuando se presentan. Pero ya que hablamos del Premio Nobel de la Paz, Barack Obama, Trump le ha dado lo que viene siendo una bofetada sin manos, y es que las comparaciones, además de odiosas, son inevitables. Obama, por usar un término politológico, la cagó a base de bien, dio un ultimátum y luego se echó atrás, algo que jamás puede hacer alguien en su posición. El respeto que perdió Obama, lo ha ganado de golpe Trump pero, ¿es esto realmente así? Para sus incondicionales seguro que sí, pero no hay tanta bondad subyacente en su actuación, sino simplemente una reafirmación, lo veremos más adelante, baste decir por el momento que en el juego de trilero que el presidente americano mantiene con los medios de comunicación y con su propia población, plagado de distracciones entre las que su antecesor no es una menor, este asunto le viene muy, pero que muy bien. Y luego está el asunto de Rusia, ¿quién decía que Trump era amiguito de Rusia? ¿Eh? ¿Quién? A ver. Fuck… Y todo eso. Que sí, que avisó a los rusos, pero es que eso es lo que hace un estadista como Dios manda, que Trump sabe lo que se hace, a pesar de todo. Esta será seguramente la versión que vendan, con su parte de razón y su parte de… digamos posverdad. Por otra parte tanto a Rusia como a Trump les interesa escenificar cierto enfrentamiento para sostener a este último, así que veremos bastante retórica en este sentido. Para afuera Aquí viene lo verdaderamente interesante. Si consideramos las relaciones internacionales (o las relaciones en general) como un juego de oposición en el que rige solo la ley del más fuerte, la sorpresa, la imprevisibilidad, es esencial, y Trump la ha explotado magistralmente. Esta característica genera incertidumbre y miedo en los rivales al no ser capaces de predecir con un mínimo de certeza las reacciones del otro actor y en teoría los hace más comedidos, salvo que todos los implicados sean más o menos igual y decidan subir las apuestas, con lo que se llegaría a una preciosa escalada y/o a un juego del gallina de los de toda la vida. En cualquier caso, el efecto público de esta actuación tan rauda y aparentemente severa es innegable. Pasemos a mayores. Ya han surgido los que advierten de una posible modificación de la política de Trump hacia el gobierno sirio, que parecía presidida por la resignación sobre la permanencia de Asad en el poder y que daba la impresión de que dejaba el asunto en manos de Rusia. Creo que esta impresión es falsa, por cuanto los que así opinan han calibrado mal las intenciones e incentivos de Trump. Me explico: según se desprende de otras declaraciones y actuaciones del presidente americano, no siempre referidas exactamente al asunto sirio, parece quedar claro que su objetivo no ha sido nunca Asad en sí mismo, pero tampoco su mantenimiento en el poder, es decir, al rubio de Washington le da igual el gobierno sirio, lo único que le importa es que Daesh no moleste a Estados Unidos, dudo incluso de que le importe que exista o no, siempre que sea lejos de las fronteras americanas y no afecte a sus intereses. En este sentido, el presidente había encontrado el método perfecto para hacerse cargo de la situación: dejarla en manos de Rusia. Y es que, con una mínima intervención por su parte para que no le acusaran de cruzarse de brazos frente al que abiertamente declara un gran enemigo, podía asegurarse la destrucción del Daesh sin mancharse demasiado las manos. No creo que le importase el incremento de influencia de Rusia en la zona, como ya he dicho en alguna ocasión, su mirada está fija en Asia, Oriente Medio lo da por amortizado, por decirlo de alguna manera, y permitir a Rusia extender su influencia por allí es una buena manera de ganársela como aliada para futuros enfrentamientos. O quizá era solo parte del pago acordado por la ayuda recibida… Acción El caso es que el ataque, o más bien las imágenes en televisión, han obligado a Trump a actuar. Y lo ha hecho de una manera aparentemente contundente, bombardeando la base desde la que supuestamente se lanzaron los ataques químicos. Antes avisó a los rusos, lo cual es casi obligado para evitar escaladas innecesarias, no fuera a ser que hubiese algún muerto por el que Putin se viese obligado a responder y montar el circo, de ahí que al parecer solo muriesen 4 personas en toda la base con más de 50 misiles lanzados. ¿Lanza esto un mensaje a los rusos? Por supuesto, pero no el de firmeza que algunos ven, sino simplemente una notificación con acuse de recibo de los límites permitidos en su acuerdo, una corrección, una adenda si se prefiere. EE.UU. ha tolerado todo tipo de atrocidades cometidas por Al Asad y Rusia, también durante la época de Trump, pero que a uno se le llene el telediario de niños asfixiándose es algo que un presidente americano como Dios manda no puede tolerar. Y creedme amigos, Putin y Asad habrán entendido el mensaje, más allá de la retórica que desplieguen en los próximos días. ¿Habrá nuevas intervenciones? Yo diría que es probable, pero que serán limitadas e irán dirigidas contra las instalaciones de armas químicas que al parecer aun mantiene el gobierno sirio, no creo que esto arrastre a una intervención más directa del ejército americano en el conflicto, siempre y cuando Rusia y los demás actores sigan cumpliendo con su parte del trato: acabar con Daesh dejando, eso sí, Irak bajo influencia americana y de sus aliados. Siria, para Rusia. Este es el reparto, tácito o no, que creo que lo explica todo. Por lo tanto, a Trump le da igual El Asad u otro, siempre que no sea el Daesh y que se le garantice un poco de paz y estabilidad en la zona, si el presidente sirio lo ha entendido, hará grandilocuentes declaraciones en el sentido que sea, de indignación o de comprensión[3], tanto da, cesará en el asunto del uso de armas químicas y no molestará más, de lo contrario se arriesga a que Rusia y EE.UU. decidan sustituirlo por cualquiera que pase por allí y que sea menos autónomo[4]. Otro aspecto de la reacción estadounidense es la reafirmación del mensaje realista. El ataque se ha producido mientras las Naciones Unidas debatían, así, en general, porque esto es lo que a muchos les llega de dicha institución, que las Naciones Unidas debaten y debaten para llegar (tarde) a resoluciones que nacen muertas, y ni siquiera eso está asegurado. Que el caso sirio necesitaba de una reacción enérgica no se le escapa a nadie, que se obvie de manera tan deliberada, y casi ofensiva, a las Naciones Unidas no es a largo plazo una buena noticia, aunque el problema estriba precisamente en las Naciones Unidas que, al igual que la Unión Europea (aunque ese es tema para otro comentario), es una organización desfasada e inoperante, un ente que en su estado actual es casi completamente inútil; la solución obviamente es reformarla, pero precisamente aquellos que tanto la critican son quienes menos desean su reforma, pues unas Naciones Unidas operantes les dificultarían el ejercicio del poder; por el contrario, les resulta útil el actual estado de la organización, pues les permite reafirmarse frente a ellas y, paradójicamente, su inoperancia les proporciona una cobertura moral ya que no legal a acciones que de otra forma serían simples injerencias, cuando no actos de guerra. Por desgracia, entretanto, “civiles inocentes siguen muriendo”. Siento terminar con una expresión hecha, pero siento más que esta expresión haya llegado a hacerse. Feliz Semana Santa. [1] Para los despistados, me refiero a la doctrina del realismo político (digamos realpolitik, que mola más), en oposición a la del idealismo político. [2] Incluso coincide con la visita de Xi Jinping a EE.UU., frente al que Trump puede ahora aparecer algo más fuerte pese a su debilidad interna. [3] Seguramente ambas, y en ese orden. [4] La única razón probable por la que veo que esto puede cambiar es si a Trump le siguen dando palos internos y él o su entorno deciden que una guerra es la mejor manera de remontar popularidad.
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Hoy, que no me puedo entretener demasiado, os dejo unos cuantos artículos sobre aspectos parciales de la sociedad y la economía actuales. La intención es que juntos ayuden a ver el bosque a través de (algunos) de los árboles. Que os los proponga aquí no significa que esté de acuerdo con todo lo que en ellos se dice, faltaría más, pero sí que me parecen interesantes, especialmente por su punto de vista, principalmente los dedicados a la UE y Francia. Espero que os gusten, un cordial saludo. Sobre libertad de expresión y comportamiento democrático (manténgase cerca ante cualquier debate socio-político, especialmente si es televisado): Yo no condeno, Elisa Beni Sobre cómo estamos realmente hoy en día, imprescindible antes de cualquier otra consideración, aunque sea solo una parte muy pequeña: Así son los nuevos pobres de España, Kiko LLaneras Dos sobre el PSOE, una crisis que, más allá del sainete humorístico, tiene una importancia capital para la democracia y el futuro de nuestro país: El (escaso) atractivo electoral de Susana Díaz, LLuís Orriols El PSOE, el enemigo y la hija de puta, Carlos Hernández Sobre qué hacer para evitar otro año sin gobierno; y es que las cosas no son tan sencillas como parecen: La reforma del procedimiento de investidura en España, Pablo Simón Y ya, para acabar (si has llegado hasta aquí y, además, has leído los artículos, mi más sincera enhorabuena), los dos artículos prometidos sobre la UE y Francia: ¿De nuevo la trampa del voto útil?, Serge Halimi La lógica detrás de una Europa a varias velocidades, Ariane Aumaitre |
...un escritor es «un chiflado que mira la realidad, y a veces la ve»...
La velocidad de la luz Javier Cercas Categorías
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