Todo lo bueno se acaba y en estos depresivos momentos solo queda el consuelo de que también lo hace lo malo, aunque ahora toca el fin de lo primero, de las vacaciones y del verano, de ese tiempo anual cada vez más corto en el que uno casi puede aventurarse a la vida que le gustaría llevar (siempre y cuando realmente no sea así porque si no, a saber). Como habréis imaginado se acabaron mis vacaciones, y la vuelta está siendo particularmente dura este año, mi memoria laboral ha desaparecido entre medusas o se ha evaporado al sol, y mis bostezos por minuto ocupan más tiempo del que duran sesenta segundos, aunque como por cada cruz hay una cara (y viceversa) mi mandíbula está más varonil que nunca y tengo un bronceado... Quizá notéis que ando un poco pesimista, diría que es solo cansancio pero ¿acaso no es lo mismo?, porque ya me diréis vosotros: llevo siete días tratando de ponerme al día y el proceso solo avanza hacia atrás, me despacho de buena mañana con la constatación de que elmuyhijodePutin (¿chistes con el nombre? Bueno ya lo veis, ando a nivel de primaria: cacaculopedopis) hará lo mínimo imprescindible para mantener la tensión en Ucrania, para prolongar la guerra y el sufrimiento de otros hasta que consiga SU cuota de poder e influencia y de que no parece importarle nada más porque se sabe (o se cree) completamente a salvo en última instancia, pero cuidado: hasta el ardor, por muy nacionalista que sea, acaba quemando y Rusia tendrá que comprar por ahí las cosas esas de comer que históricamente siempre ha necesitado y, aunque no tendrá problemas para suplirlos más o menos (otro logro para Asia/China), esto puede traerle problemas con esa cosa tan molesta que es la población normal y corriente que tiene la manía de acostumbrarse a según qué cosas, por no hablar del asunto de las cajas esas de madera siempre tan inconvenientes (estos ucranianos…) y el hecho de tener que meterlas en la tierra a discretísimos porrazos, que la gente es muy chismosa hasta en la Madre Rusia. Afortunadamente las noticias desde el continente primigenio no hablan de guerras, por una vez han sido más originales y han decidido morirse de una manera mucho más espectacular y espeluznante, pero tranquilos, es que los negros siempre han sido muy exagerados para todo, ya se apañarán, Monrovia (¿qué es eso?) debe de quedar a la tira de quilómetros de aquí y de todas maneras hay vallas, y torres y acu€rdos de colaboración. En fin, que menos mal que en América se siguen matando como siempre, como Dios manda, y que aquí seguimos dándonos de bruces contra el mismo muro y sin escuchar el ruido que hacemos al chocar, ay, tranquiliza saber que algunas cosas nunca cambian, de verdad que no entiendo como hay gente que quiere marcharse, con lo que hay por ahí fuera, y no es que no se hayan enterado de que somos cojonudos, es que resulta que no se han enterado de que ellos también somos (bueno, ellos realmente no, pero que se jodan, ya me entendéis) y resulta que dicen que los cojonudos son ellos y solo ellos…¡Están locos estos romanos! Quizá es que como aquí cada uno habla una lengua distinta…, al final resulta que solo las elegantes descalificaciones (desde el respeto, claro) y los euros son universales, bueno, algo es algo. Sí, ya lo sé, no es mi mejor post, (¿de qué coño hablo?) puede que hasta sea el peor y ya es decir, pero ¿qué queréis? Ya os he confesado que acabo de volver de vacaciones y resulta que cuando haces eso los viejos problemas siguen aquí, porque los muy cabrones se agarran como lapas. El otro día mi insomnio me susurró que quizá habría que tratar de solucionarlos de verdad en lugar de simplemente seguir adelante, ¿qué sabrá él?, pero en fin, si alguien tiene idea de cómo se hace eso —confortable y baratita claro, que no estamos para molestias absurdas ni ideas innovadoras— que me lo diga y, si eso, ya lo vamos viendo… Bueno, pareciera que la vuelta me hubiese amargado las vacaciones, no hombre, siempre queda la esperanza (esto me pedía otro chiste de nombres, pero mejor no mentar a la bicha que está muy tranquilita) y como yo siempre he defendido que los ciclos anuales empiezan verdaderamente tras el verano, no puedo evitar cierta expectación hacia lo que vendrá en este nuevo año (es que en el fondo soy como un niño), de todas formas, y por si acaso, creo que por el momento seguiré con mis mundos de fantasía real, en los que al menos no hay heridos, salvo mi propio orgullo, ¿cuándo conseguiré acabar con mis historias pendientes? P.D.: resulta que en agosto la página ha alcanzado nuevos récords, hay que ver cómo os aburrís en vacaciones. Gracias a todos.
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...un escritor es «un chiflado que mira la realidad, y a veces la ve»...
La velocidad de la luz Javier Cercas Categorías
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Abril 2020
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