Que la política es apasionante es algo que a estas alturas nadie puede negar, ¿cómo? ¿Qué no hay quien la entienda? Pues eso decía. Por supuesto, aquí viene mi comentario sobre las elecciones, lo he titulado Panderetas y carambolas, la primera parte del título se explica por sí sola, la segunda la explico a continuación, y luego pasaré a los motivos del resultado de esta convocatoria, que por supuesto yo también tengo los míos. CARAMBOLA Es lo que le ha salido al PSOE, la carambola más afortunada. Quién lo iba a decir: de estar al borde del precipicio a estar en la mejor situación posible, la única de la que podía salir beneficiado, esa que yo mismo descarté por considerarla casi imposible, pero ha salido, le ha tocado la lotería a Pedro, qué cosas tiene la política, y la vida, claro. La situación del partido socialista es tan buena porque a priori le libra de su gran problema si todo hubiese salido como se preveía: tener que elegir entre susto o muerte. Pero ahora ya no. Con los resultados actuales puede sorber y soplar a la vez, es decir, puede votar en contra de la investidura de Rajoy y asegurarse de que este gobierne, a poco que Mariano haga las cosas medianamente bien, claro. ¿Que eso es mucho pedir? Ya veremos. Y es que si sumamos los escaños del PP, CIUDADANOS, CC y el PNV resulta que aglutinan 175, a solo uno de la mayoría absoluta, bastaría una abstención o un simple descuido de un diputado de algún partido que no apareciese por el Congreso (aunque todos sabemos las críticas y problemas que eso atraería, haría falta, eso sí, un valiente con vocación de rebelde y compromiso con el bien de las siglas, no creo que falten de esos en el PSOE, pero a ver quién se la juega tan pronto). El problema evidente es que la abstención tendría que llegar por los nacionalistas catalanes, ¿es eso posible? No lo parece en principio, ¿lo harán los diputados de Bildu? Todos sabemos que para las posiciones independentistas es mucho más rentable un gobierno del PP, además Bildu ha sido superado por Unidos Podemos y no está en su mejor momento, es posible que traten de jugar la carta de desentenderse del gobierno de España como argumento que refuerce su posición independentista permitiendo a la vez un gobierno al que se sentirían cómodos de atacar, dado que necesitan esa tensión, ese enfrentamiento, aunque venga únicamente del estancamiento del proceso de paz; por otro lado, si esta confluencia se produce y el PNV consigue algunas concesiones para el País Vasco, estaría más justificada la posición de Bildu, seguro que entonces alguien la llamará “la pinza nacionalista” o algo similar. Esta es, en mi opinión, la mejor baza de Pedro Sánchez y la que tratará de jugar, pues lo contrario le pone nuevamente frente a la peor decisión, si bien todas las otras opciones están, por supuesto, abiertas. Explicado esto, vamos a ver cómo hemos llegado a la situación actual. Erraron los pronósticos, la inmensa mayoría, al menos. Yo mismo estuve regular en mi primer pronóstico, el más relajado y meditado, creo que no anduve desencaminado con PP, PSOE y CIUDADANOS, pero fallé con PODEMOS. ¿Como todos? Eso no consuela. En mi segundo comentario me interrogué sobre la posibilidad de un hundimiento del PSOE, a la vista está que eso no ha sucedido, tan solo una leve caída, aunque su resultado no es para tirar cohetes precisamente (a pesar de lo que quieran transmitir), sin embargo seguí fallando a la hora de calibrar a Unidos Podemos. ¿Motivos? Todos los buscan, especialmente los de Iglesias, pero de momento no parece haber mucha suerte. Yo adelantaré alguna teoría al respecto, a ver qué os parece, aunque primero establezcamos el marco referencial de nuestro análisis: lo que ha habido no ha sido una victoria del PSOE, al que le ha ido mal, sino un hundimiento de Unidos Podemos y un repunte del PP parasitando en buena medida a CIUDADANOS y recuperando algún abstencionista asustado, aunque de esto último ya hablé en su momento y no voy a detenerme en ello. Por lo tanto, parece claro que las causas de lo sucedido debemos buscarlas en el lado de la candidatura Iglesias-Garzón. Fijado esto, creo que el problema fue doble, principalmente se originó en dicha candidatura, pero también vino desde el partido socialista. Creo que Unidos Podemos ha sido víctima durante la campaña del efecto Rivera —¿preferís el efecto CIUDADANOS? Como queráis, aun no lo he patentado—, el caso es que pareció convertirse en una muleta del partido tradicional de su bloque ideológico, aunque pretendiese que eso ocurriese al revés. Con tanta apelación a la socialdemocracia, se desdibujó su personalidad, algo terrible para un partido que se basaba precisamente en tener una personalidad especial, diferente, ilusionante. En cuanto a la coalición, no creo que afectase demasiado a sus votantes, pero quizá sí que fue un obstáculo para atraer nuevos sufragios. Es decir, que por fin llegó el error de estrategia que tarde o temprano tenía que llegar. Y fue en el peor momento. Fueron víctimas de las expectativas, sí, ellos también, y se olvidaron de cómo habían llegado hasta donde estaban. Pero ¿eso es todo? No lo creo. Apunto otro elemento. En cuanto a expectativas, a encuestas, estas podían beneficiarlos, pues podrían haber contribuido a concentrar en ellos el voto útil de la izquierda, pero también podían perjudicarlos, al desmovilizar a su electorado por algo ya hecho, juzguen ustedes según los resultados (el incremento de abstención coincide casi con los votos perdidos por la coalición, aunque obviamente eso no significa que todos los abstencionistas sean votantes de Unidos Podemos). ¿Y cómo se logra incentivar la desmovilización? Pues uniendo a una campaña que pierde la chispa de otras un ataque total del resto de fuerzas azuzando el miedo. Efectivamente, durante la campaña la impresión es que se atacaba más a Unidos Podemos que al PP, el propio PSOE diseñó su campaña en estos términos, no para derrotar a Rajoy, sino a Iglesias, y le fue bien. Me da la impresión que en sus estudios cualitativos debieron detectar un descontento irreparable hacia el PSOE en la izquierda y que el principal riesgo de pérdida de votos hacia Unidos Podemos se basaba en la idea de que dicha coalición sería capaz de volver a llevar a los socialistas a la izquierda, así que diseñaron una política de indefinición en los pactos y posterior negación de la posibilidad de acuerdo con Iglesias para desactivar este voto con la siguiente lógica: si a ese votante le dices que no va a servir de nada que apoye a Unidos Podemos porque jamás se va a pactar con ellos, se le enviará a la abstención, aunque para convertir esto en una opción deseable hay que haber asumido primero que a ti no te va a votar. Creo que el PSOE por fin aceptó la posición que tenía entre el electorado, por fin aceptó la realidad, se vio incapaz de ganar al PP a corto plazo e incapaz de recuperar el voto cabreado de la izquierda, y diseñó una estrategia anti-PODEMOS para recuperar la hegemonía con vistas, quizá, a dentro de dos o cuatro años, diseñó una estrategia de pérdidas aceptables. Hubo otros errores concretos que cometió PODEMOS, uno en especial más llamativo y que durante la campaña no entendí y que creo que le hizo daño: dejó que Sánchez y el PSOE se adueñaran del discurso, de la interpretación de su negativa a la investidura del candidato socialista. Frente a todas las quejas de los socialistas por haber votado que no a su gobierno, desde el partido morado no se respondió, debió haberse contraatacado explicando que no se apoyó por el acuerdo con CIUDADANOS, porque ellos no iban jamás a apoyar un gobierno encubierto de derechas, eso habría sido compatible con su estrategia de mano tendida al PSOE, era un buen punto a su favor que no supieron explotar, centrados como estaban en una campaña más comedida, más suave, más responsable, que no diese miedo, más… centrista. ¿Y en qué situación queda PODEMOS? Ya expliqué las dos posibilidades de esta formación, crecer hacia la izquierda (IU) o hacia la derecha (PSOE), pues tres no caben en la izquierda, al menos con el actual sistema electoral. El problema de crecer hacia la izquierda es que se deja huérfano a la mayor parte del electorado dentro del espectro de la izquierda, puesto que este crece conforme nos acercamos al centro de dicho espectro ideológico, y se corre el riesgo de acabar convirtiéndose en una IU (quizá)aumentada y corregida, pero relativamente irrelevante, a largo plazo. Si se acaba escenificando la hipótesis del principio del artículo, las posibilidades de que esto último ocurra se incrementarán exponencialmente, especialmente teniendo en cuenta que el PSOE ha logrado algo importantísimo: remontar en las ciudades, y que este es el punto clave, pues la formación que consiga consolidar el voto urbano mayoritario, pero mayoritario de verdad, será la que a la larga acabe triunfando en la izquierda española. Ahora mismo la posición de ventaja parece la del PSOE, pero ya se verá como avanza todo. Si al final el PSOE tiene que escoger entre facilitar el gobierno del PP o ir a nuevas elecciones, pagará un precio alto, y en el caso de que elija nuevas elecciones, no creo que en PODEMOS sean tan cándidos durante la campaña. En cualquier caso, PODEMOS necesita desesperadamente tanto un buen análisis como mantener su fuerza social, su vinculación con la calle, su movilización, algo que ha perdido un poco últimamente, pues sin la presencia de los círculos, sin ese trabajo constante, abierto e ilusionante, sin esa labor de zapa social, lo tiene muy difícil. [Os dejo un enlace a un artículo con otra explicación, compatible o no con la mía que, cuando menos, resulta interesante y distinta: El fracaso de Unidos Podemos: estas son las razones] Sánchez Con estos resultados, qué duda cabe de que Pedro Sánchez no solo queda salvado, sino incluso legitimado —a la espera de lo que ocurra con el gobierno—. Por mucho que diga Susana, en Andalucía ha perdido; por muchos aspavientos que haga, no es diputada (Hernández Mancha sigue marcando tendencia tanto tiempo después) y por mucho que se esfuerce, más allá de Despeñaperros no tiene tanta fuerza en el PSOE. La principal amenaza para Sánchez, paradójicamente, proviene de su triunfal derrota: Madina sí que estará en el Congreso, ya veremos. ¿Y el brexit? Es posible que a última hora influyese y beneficiase a PP y PSOE —más al primero—, como ya indiqué que podría suceder, pero dudo de que eso explique la caída de votos de PODEMOS, de entre el conjunto de circunstancias que hayan llevado a este resultado electoral (porque como en todo, no hay una única y sencilla causa que lo explique todo) no creo que sea un elemento principal, sino de segundo o tercer orden, más confirmatorio de tendencias ya meditadas que definitorio de otras nuevas. ¿Más elecciones? Por último, un breve apunte sobre unas hipotéticas terceras elecciones. En mi opinión, no tendrían sentido. Si bien unas segundas creo que eran incluso deseables, no creo que más sean buenas ni justas, el pueblo ha hablado, y lo ha hecho con conocimiento de causa del comportamiento de sus políticos, con feedback, que dirían los repelentes, además a partir de ahora sí que se empezará a generar daño si continúa la incertidumbre política. A algunos les resultará más fácil que a otros tragarse sus palabras, pero con “responsabilidad” y por “el bien de España” todo pasa mejor y hasta queda bonito. Seguramente lo sufrirán, y puede que hasta sigan la senda del partido de cierta política vasca, aunque la diferencia de edad es un elemento importante, y el carisma, otro, así que seguro que si eso ocurre siempre podrá(n) encontrar acomodo en otro nido. En cualquier caso, nos esperan unos meses y una legislatura apasionantes, y seguro que interesantes enfrentamientos parlamentarios, esperemos que al menos la cultura democrática de este país salga de todo esto incrementada, y que en algunos sectores, al menos, aparezca.
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
...un escritor es «un chiflado que mira la realidad, y a veces la ve»...
La velocidad de la luz Javier Cercas Categorías
Todos
Archivos
Abril 2020
|