Amanezco con la noticia de que Kiev ha dado el primer mordisquito (ya iba siendo hora, pensarán algunos) y me veo en la obligación de hacer un pequeño comentario. Sigo pensando que los acontecimientos de sublevación prorrusa de los últimos días en el este de Ucrania son el envite de Putin para lograr el reconocimiento internacional (EE.UU.+U.E.), el ucraniano estoy seguro de que le resulta menos importante, de su anexión de Crimea, y que si se le hubiese facilitado una salida en ese sentido habrían desaparecido muchos de esos misteriosos uniformados armados (la moralidad de hacerlo, desde luego es discutible, pero esa no es la cuestión ahora). Sin embargo Occidente ha apostado por redefinir los papeles mediante el lenguaje típico de la Guerra Fría: mantener el envite y no retirarse a la espera de que el otro lo haga, ¿quién juega mejor al póker? Por parte de Occidente es una apuesta perfectamente comprensible: no están obligados a defender militarmente a Ucrania y, si las declaraciones de Obama son ciertas, no lo harán; por otro lado están completamente seguros de su superioridad económica y saben que a largo plazo las sanciones (que habría que imponer con contundencia) ahogarían a Moscú (Europa sufriría por el gas, pero estamos al principio del buen tiempo, ¿quién lo llevaría peor? Creo que los rusos a pesar de los lógicos miedos europeos). Se podría dar el caso incluso de que una pequeña república apoyada económicamente por Occidente le diese un buen pescozón a la antaño poderosa Rusia bajándole los humos, es cierto que la superioridad militar rusa es aplastante frente a Ucrania, pero también que en una hipotética guerra los recursos económicos estarían del lado ucraniano y que los rusos saben que una vez en guerra la presión internacional se multiplicaría y que aparecerían como agresores y que hay líneas que no pueden cruzar con la pobre y débil Ucrania (esto no es Georgia).
Pero a pesar de que opino que Putin no es el loco expansionista que todos opinan, no del todo al menos (para un resumen de la opinión contraria ver, por ejemplo, el artículo de ayer de Antonio Elorza en El País), también creo que está reaccionando e improvisando sobre la marcha, de momento mejor que los demás, aunque empiezo a ver el agotamiento en sus planes y capacidades de las que hablaba en mi anterior comentario, creo que empieza a ver que se está metiendo en un atolladero. Pero dejando por un momento de fabular, la intervención de Kiev (si la hubiese hecho en un principio las cosas no estarían como están) obligará a quitarse la careta a todo el mundo, y por todo el mundo me refiero principalmente a Putin y esos oligarcas con tantos intereses económicos que estoy seguro de que le susurran, aunque bajito, por las noches. Si en esta escalada Rusia mantiene y/o incrementa su apoyo a los separatistas, seguramente la posición del gobierno, interino no lo olvidemos, de Kiev se deshinche; si Putin no materializa su apoyo (del sustantivo material), es decir, si no va más allá de las amenazas de guerra civil o cualesquiera otras, con toda probabilidad el movimiento rebelde se deshaga como un azucarillo bajo la lluvia, aunque tendremos que lamentar algunos muertos, eso tengámoslo por seguro, habrá que ver entonces quienes eran los verdaderamente separatistas. Cabe otra posibilidad, que Putin amague y la situación quede más o menos estancada a la espera de las negociaciones internacionales, y a ver quién juega mejor sus cartas. En las próximas horas, veremos. Por cierto, si al final la opinión pública dictamina que el "vencedor" en todo esto ha sido Occidente, veremos como todos aquellos que ahoran critican la pasividad de Obama lo ensalzan como el gran visionario geoestratégico que hizo entrar la geopolítica en una nueva era, probablemente la de la fuerza económica, o algo así. Veremos.
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
...un escritor es «un chiflado que mira la realidad, y a veces la ve»...
La velocidad de la luz Javier Cercas Categorías
Todos
Archivos
Abril 2020
|