Se me han quedado tantas cosas en el tintero en estos meses… Los autobuses que tengo atragantados no pasan ni con lágrimas de cocodrila, por muy nobiliarias que sean (¡ay! Eso sí que me duele, no haber podido comentarlo en su momento), pero es posible que aun llegue a tiempo de tomar mi pedacito de actualidad, así que vamos a ello, a ver qué sale.
DE PSOES Lo mismo no os habéis enterado, pero en la batalla de Los Secretarios, Pedro el Guapo se hizo con Ferraz y ahora trata de consolidar su victoria. Mientras, la derrotada Madre de Barones se retiró a sus cuarteles de verano a que le lamieran las heridas, altiva y rencorosa como solo alguien sin méritos puede serlo, para descubrir que sus barones aduladores ahora adulan a otro, la han abandonado, cosas de la política. Mientras, Pedro espera en su Torre del Homenaje el homenaje de los que se le opusieron que, cumplidores como corresponde a los que a capa y espada solo saben defender usos y costumbres precisamente por ser —ya no estar— acostumbrados, van llegando nuevamente a lomos de Diego, el traidor (de rectificaciones) de la política, que hartito debe de estar el pobre de pasarse todo el día de la Ceca a La Meca, llevando y trayendo disculpas y halagos sobre puñales. Y todo esto lo ven ustedes desde sus butacas, cómodamente sentados y con sus bebidas favoritas, ¿quién quiere Netflix teniendo tantos telediarios gratuitos? El caso, y esto es lo importante, es que Pedro ganó en casi todas partes, sé que llego tarde para los análisis de los resultados propiamente dichos, así que no os cansaré repitiendo lo mismo, baste resaltar algunos aspectos que sí nos interesa tener en cuenta. Que esa victoria tan extendida del exsecretario general demuestra la rebeldía de los militantes por un lado y la desconexión del mundo real del establishment del partido, por otro. Que el poder de ese establishment no es tan omnímodo como podría pensarse, y esto es algo verdaderamente importante; yo mismo, aun cuando observando la campaña, y especialmente después del tema de los avales, parecía claro que iba a ganar Sánchez no las tenía todas conmigo por el poder combinado de la estructura orgánica y de los medios de comunicación. Olvidé que toda presión es efectiva hasta cierto punto, sobrepasado el cual empieza a resultar contraproducente, y parece que esa gente de la que hablamos —sí, yo también— calculó mal, pecado de soberbia, sin duda. Me interesa resaltar especialmente el asunto de los medios, especialmente de El País. ¿La muerte de un referente? Su agonía al menos. Dicho todo esto, dejemos claro que el triunfo de Sánchez no significa una nueva edad dorada de los socialistas españoles. Para empezar, hay que descifrar al propio Sánchez, este artículo de Olga Rodríguez lo expone claramente. Por otro lado, no se acaban las cuchilladas. El hecho de que las federaciones que se opusieron a Sánchez desde su estructura hayan acabado apoyándolo desde su base pone en una situación muy difícil a esos líderes, de ahí que, como era de esperar, ya estén aterciopelando su lenguaje con mayor o menor dosis de orgullo, de ahí que la Madre de Barones se haya quedado sin barones, y que tenga que volverse hasta simpática, de ahí también que haya corrido a convocar congreso para reforzar y asegurar su territorio, no vaya a ser que acabe socavada sin darse cuenta. Hasta aquí todo conocido. Pero olvidémonos de costureras y costureros de cuento y vayamos a lo real: ¿alguien cree que todos esos barones van a abrazar a Pedro el Guapo como conversos sinceramente arrepentidos? Lo harán más bien como marranos, esperando su oportunidad, tratando de nadar y guardar la ropa al mismo tiempo, que ya vendrán tiempos mejores, aunque lo único que así conseguirán será, si acaso, sobrevivir, mantenerse a flote un poco más hasta la zambullida final. Y esta es, amigos, la razón de la crisis del PSOE. O una de ellas, al menos. Parece que Sánchez ya ha dicho que no va a contar en su ejecutiva con ninguno de ellos, y hay quien ya se ha apresurado a decir que esas no son maneras: volvemos al debate que se planteó en PODEMOS cuando se dirimió el liderazgo entre Iglesias y Errejón, será interesante ver lo que dicen ahora quienes hablaron entonces, a ver cuánto pesa la coherencia. En el fondo Y es que el problema, amigos, es más profundo de lo que parece, aunque de tanto ponerlo de manifiesto ya parezca una broma. Se habla de la crisis del socialismo europeo, yo también lo he mencionado más de una vez, y de su manifestación más rabiosa (de actualidad): la crisis de los partidos socialistas que en un intento por revivir viraron a la izquierda (radical, que no se olvide el apellido que las personas de bien han de poner siempre a los herejes), véase Francia y Gran Bretaña —si bien en este último caso quizá haya sorpresas, quién sabe—. Así que parece no haber solución y, en cualquier caso, no desde luego girar a la izquierda. Pero lo que verdaderamente ocurre es que para girar a la izquierda no basta con cambiar de conductor, hay que parar el coche un momento, sacar el mapa y definir el rumbo. Y que todos estén de acuerdo. Por supuesto que los cambios apresurados de líder no llevan a ningún sitio, no sirve de nada, después de haber ignorado la realidad durante años, de haberse pasado por el forro los principios y haber apoyado o ejecutado las políticas que deberían criticar, de haberse olvidado de las propias palabras decir, con elecciones a la vista, que a partir de ahora sí, que van a ser buenos, que han entendido el mensaje a pesar de su sordera, y pelillos a la mar. Por mucho que decidan poner al frente a alguno de esos marginados que no paraba de gritar, qué pesado, desde la esquina por más que lo arrinconasen, no basta, más aun si su llegada va acompañada de las críticas y hasta el enfrentamiento abierto del resto del partido. ¿Qué falla? Pues todo. Los votantes, el pueblo, los militantes no desean un cambio de liderazgo a regañadientes (en el mejor de los casos), sino un verdadero y sincero propósito de enmienda, un mea culpa si se quiere, no un ejercicio de condescendencia o irredentismo partitario. Lo que necesita el socialismo europeo es debatir, asumir sus errores y, a partir de los principios definitorios del socialismo, entrar en el siglo XXI, una verdadera refundación ideológica, por decirlo en términos mediáticoliberales, para que se me entienda, pero desde la izquierda, no desde presupuesto liberales. Todo lo contrario no sirve de nada porque, por definición, no es socialista, y por tanto no puede aportar nada a dicho movimiento. No es que no sea legítimo, no es que no pueda existir o triunfar, es que no es socialista y por tanto no debe extrañar que no consiga apoyos socialistas, los tendrá, pero en otros espectros ideológicos que a este paso van a acabar como el metro en sus mejores horas. Esto es lo que no entiende la gente que lleva tanto tiempo en despachos y sobre alfombras mullidas, tanto tiempo apretándose la corbata por la mañana que ya se han acostumbrado a la falta de aire (¿no será la hipoxia un efecto secundario de la adaptación a ambientes excesivamente monetarios?). Esto es lo que debería de hacer el PSOE, esta es la oportunidad que tiene Sánchez, si decide de una vez quién quiere ser. Pero claro, ¿alguien cree que quien se ha opuesto públicamente incluso a un modelo de partido y de país más a la izquierda o, por decirlo como ellos lo harían, tiene un concepto de socialismo diferente, puede defender este modelo? Poner a alguien a trabajar sin compartir las convicciones que han de guiar ese trabajo es en política algo muy peligroso, la motivación es esencial, de lo contrario estaríamos hablando de funcionarios, no de políticos, y tan mala es la politización de los funcionarios como la funcionarización de los políticos. Sí, es lo que pensáis, estoy hablando de renovación, imprescindible renovación si, y solo si, el modelo de partido cambia. De lo contrario, tanto da. Es cierto que las bases han apostado por un cambio, pero quién sabe… ¿Sugiero que hay que cambiar a todos los barones? Pues sí. Ellos mismos hicieron su apuesta, no pueden pretender ahora valer para una cosa y la contraria, al menos siempre y cuando, insisto, la nueva dirección del PSOE lleve a término el cambio de rumbo publicitado en campaña; aunque eso debería ser, lógicamente, según cada una de las federaciones, siguiendo sus procesos, al fin y al cabo eso significaría únicamente cerrar el círculo. Los barones se opondrán, los sillones son muy cómodos, ya veremos cómo se resuelve, es algo que no me interesa demasiado, imagino que habrá decapitados y habrá besamanos, variadito. Lo verdaderamente importante es que el PSOE debe de rearmarse ideológicamente, debe comenzar de una vez a elaborar un discurso propio y socialista que oponer al monólogo neoliberal de las mentiras que riega a la población, y ha de ser un discurso bien trabado y sólido, mimbres no le faltan, al contrario, empezando por la verdad, si bien la tarea es ardua como lucha contra gigantes (de los negocios, de la comunicación…). ¿Alguien imagina que la resurrección del socialismo europeo de cara al siglo XXI proviniese de España, de Pedro Sánchez? No, yo tampoco, la verdad, pero sí de otras personas de las que puede rodearse si es inteligente. Al fin y al cabo, no es nada nuevo, la experiencia, al menos en la práctica, ya se ha iniciado, pero claro, en Portugal, ya ves tú, Portugal, pffff. Bueno, al menos ahí no molesta mucho, dirán, se puede tolerar, sin embargo nunca se sabe de dónde puede provenir el contagio. Por el momento Sánchez es prisionero de sí mismo, ya veremos si acaba liberándose de su captor y regresando a su pasado o le coge el gusto a eso del síndrome de Estocolmo.
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...un escritor es «un chiflado que mira la realidad, y a veces la ve»...
La velocidad de la luz Javier Cercas Categorías
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Abril 2020
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