Acabamos aquí con el esbozo de las principales ideas sobre los partidos presentados a las últimas elecciones que me han nacido después del 24, no son todas, hay muchas más desde luego, estas son solo algunas, cada cual debe encontrar las suyas.
IU Izquierda Unida ha perdido las elecciones. ¿A que aquí no tenemos dudas? No tengo mucho más que añadir a todo lo que se ha dicho —y lo que no— en los medios de comunicación sobre ellos. La cuestión parece estar en si desaparecerán definitivamente. Mi respuesta es que… ¡depende! (léase con acento gallego, que queda mejor). Si Podemos logra su objetivo de desbancar al PSOE de la hegemonía de la socialdemocracia y el centro izquierda en nuestro país, necesitará desesperadamente de otra izquierda (más o menos unida) a su izquierda para que le ayude a centrarle y dejen de llamarle machaconamente izquierda radical en los medios de comunicación. Si Podemos fracasa, y el PSOE sobrevive, se instalará en la izquierda más izquierdosa y fagocitará a IU. Por lo tanto, en mi opinión, el futuro de este partido depende del éxito de su principal rival, quizá Garzón debería pensar más a largo plazo y en vez de enfrentarse a Podemos, tendría que ayudarle y atacar al PSOE, marcando las diferencias con Podemos, claro, pero sin que parezca que es su principal enemigo, así pasarían una temporada mala, es cierto, pero creo que desgastar al partido socialista es al final su mejor opción de supervivencia. UPyD ¿UP y qué? Bromas aparte, ya he comentado en el apartado de Ciudadanos el que creo que ha sido siempre el principal problema de este partido: la falta de proyecto completo. Nació de forma muy personalista, algo que es tan malo que en Podemos se apresuraron a matizar y que Rivera no parece haber comprendido o haber logrado solventar aun —aunque de momento no le afecta, pero tiempo al tiempo—, y muy vinculado a un único asunto: el terrorismo de ETA (por favor recuérdese lo mencionado más arriba sobre la vinculación excesiva a un solo problema), que luego trataron de sustituir por la corrupción. Hace tiempo escribí un comentario sobre este partido, el problema es que se quedó en borrador, pero en él detallaba como al poco de nacer predije su escasa influencia real y su desaparición, lo que fue seguido de las risas de buena parte de mis compañeros de mesa, entusiasmados entonces con la formación, ¿quién se ríe ahora, eh? ¿Quién? Como no soy rencoroso en absoluto, explicaré por qué dije entonces lo que dije: la falta de proyecto es mortal de necesidad en una formación política, Rosa Díez apreció bien el posible nicho de crecimiento para su partido, pero planificó muy mal el resto, pensó que con postularse como decente y de centro valía, pero a la gente le preocupan más cosas tangibles como la sanidad (¿pública o de gestión privada?), la educación (nuevamente, ¿pública o de gestión privada?), la economía… En resumen, saber qué piensa una formación sobre los asuntos que preocupan a la sociedad, sobre sus cleavages o fracturas (también llamadas en ocasiones escisiones), tal y como se denomina en Ciencia Política a los problemas que suelen presentar puntos de vista y/o soluciones más o menos antagónicas y, por tanto, pueden decidir el voto en uno u otro sentido. Inciso: la ideología como concepto, como instrumento, no una en concreto, trata de agrupar todos estos puntos de vista y sus correspondientes soluciones en un constructo, un todo, más o menos coherente, lo que facilita las decisiones tanto en estos como en los nuevos asuntos que puedan surgir al proporcionar una guía, una especie de mapa o manual de interpretación del mundo, esta es su gran ventaja y esta es la razón por la que es insustituible, por mucho que algunos, y no me refiero a Podemos, se empeñen en denostarla y darla por superada. Fin de la cita, digo del inciso. UPyD no tenía ideología, no tenía manual, por tanto no tenía proyecto ni programa. Vale, vale, no gritéis tan fuerte, me explico: tenía programa electoral, principios y todas esas cosas programáticas que los partidos suelen tener, pero en ningún momento logró que calaran en la sociedad, que se instalaran y fusionaran con ellos, que fueran un elemento de su personalidad que los definiese porque en realidad ellos tampoco se definían así; antes y hoy todos los partidos, salvo Ciudadanos, poseen eso claramente, UPyD estaba en un limbo ideológico que no resulta muy atractivo en política, la verdad. Nuevo inciso: hoy en día nos dicen que no cuentan tanto las ideas como las personas, que las ideologías están superadas…, pero todos los candidatos suelen estar bien identificados al respecto, solo es una cuestión de matices dentro del rango ideológico de cada uno lo que inclina la balanza por un candidato u otro, es decir, alguien de centro izquierda puede llegar a votar a un candidato de centro derecha siempre que lo perciba lo suficientemente próximo y si las circunstancias (decepción, corrupción…) le empujan a ello, pero difícilmente votará a uno de extrema derecha (salvo acontecimientos excepcionales); todos tenemos un cierto grado de tolerancia ideológica, pero no es infinito y está en relación con el entorno. Fin del inciso II. En resumen, UPyD se ha caracterizado solo por dos posicionamientos: el terrorismo y la corrupción. El primero ha dejado de estar en los primeros puestos de la agenda política, y el segundo ha llegado a tal nivel que ha desbordado a la formación, superándola en cuanto a indignación y capacidad de ofrecer soluciones y convirtiéndose en bandera de las nuevas formaciones, que han recogido mejor el enfado y carecen del apolillamiento, o la excesiva corrección o seriedad que aquejaba en cierta forma al partido de Rosa Díez. Todo ello ha llevado al partido a la irrelevancia frente a lo que en cierto modo parecía una versión más joven, más completa y con más empuje. Su gran error fue no haberse posicionado claramente con respecto al llamado cleavage universal, el único que está presente en todas las sociedades existentes: el económico, haber mantenido una excesiva ambigüedad en lo que tradicionalmente se llama el eje izquierda-derecha. Por cierto, por si no lo habéis notado, yo también doy por desaparecido a este partido.
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La velocidad de la luz Javier Cercas Categorías
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