EL EMBLEMA DEL TRAIDOR JUAN GÓMEZ JURADO Este es el primer libro que leo de este autor y he de comenzar advirtiendo de que no es esta la clase de literatura que suele llamarme la atención, pero tenía curiosidad por conocer este fenómeno de las redes sociales y por acercarme a eso que llaman thriller o, más en general, literatura de evasión. Debo decir que mis expectativas se han cumplido prácticamente al cien por cien. Como es habitual no voy a revelar nada de la trama —salvo lo imprescindible para mi propósito—, no me parece de buen gusto y menos aun en esta obra, así que tranquilos los que no la hayan leído aun. Lo principal a destacar es la sensación general que me ha producido la novela: la misma que tengo cuando veo algunas de esas películas, prácticamente todas americanas, que se encuentran dentro de esa misma categoría de thriller y que en esto que llamamos español resulta que se traduciría por suspense (qué bonita palabra), o suspenso (esta ya no me parece tan bonita) en América. La novela tiene por supuesto su historia de amor, un buen puñado de mentiras, algunas traiciones, su pizca de tragedia familiar y tragedias en general y, ante todo, mucha acción, todo ello cocinado en la Alemania nazi a fuego lento durante unos treinta o cuarenta años poco más o menos, ¡pero si incluso comienza con un flashback! Ninguno de estos elementos es determinante por sí solo, pero todos ellos juntos en la forma en que se ha construido la novela constituyen la base de lo que sería sin duda un buen guión para una película hollywodiense de esas que gustan, entretienen mucho y se olvidan a los veinte minutos, exactamente lo que creo que me sucederá a mí con la obra. Todo en ella es solvente, los personajes quedan bien definidos sin entrar en profundidades (yo he echado de menos algo más de esto, especialmente en el caso de Jürgen y su familia; tengo que criticar, eso sí, el personaje de la madre del protagonista, que queda como una mera comparsa y excesivamente simple a mi juicio) y sin detenerse en explicaciones o sentimientos excesivamente complejos; los escenarios por su parte se pintan con lo mínimo imprescindible aunque suficiente, siempre al servicio de la acción, y el ambiente general de la época y el país creo que queda razonablemente bien reflejado (a saber, yo no estuve allí) y sirve bien como fondo —pero solo eso— de la obra sin llegar a envolverla convenientemente. Es decir, en esta novela todo está pensado para que fluyan los hechos, la acción, para pasar de un acontecimiento a otro sin dejar casi respirar al lector y tenerlo pegado a sus páginas constantemente sin dejar que se distraiga con nada más, es por eso en mi opinión que en ocasiones las situaciones son un poco forzadas y la casualidad tiene demasiado protagonismo, pero como no es muy exagerado, como tampoco es nada desacostumbrado en la literatura y, especialmente, como la acción es constante no resulta particularmente molesto salvo que se le ocurra a alguien pararse a pensar en ello, cosa que tampoco sucederá si la novela cumple su objetivo y atrapa al lector o este no es demasiado crítico. Después de leer la obra creo que el apelativo de literatura de evasión le viene muy bien, contribuye a evadirse de la vida durante un tiempo, entretiene (he de confesar que a mí me atrapó, aunque no estoy seguro de que me hubiese pasado lo mismo de haberla leído en papel, más adelante publicaré otro comentario sobre esto) y entretiene sobradamente, pero no encuentro que aporte demasiado aun a pesar de haberlo podido hacer: sus comentarios sobre la vida en la Alemania de entreguerras no pasan de lo que cualquier lector mínimamente informado ya sabe y no llega a enseñar prácticamente nada sobre las colonias africanas de Alemania a principios del siglo XX, tampoco sobre los nazis ni la masonería y mucho menos sobre la condición humana ni desde luego invita a ningún tipo de reflexión; todo está tan enfocado a la acción que se pierden otros elementos que pudiesen haber dado mayor profundidad y peso a la obra, lo que resulta aun más decepcionante porque se aprecia que detrás hay un buen trabajo de documentación. Quizá estoy exagerando, pero mi impresión es que los personajes “flotan” de alguna manera sobre el mundo en que les ha tocado vivir sin involucrarse realmente en él ni al contrario, a no ser que sirva estrictamente al desarrollo de la acción como por ejemplo con ese colmado casi de asistencia social que nos enseña lo bueno que es el protagonista, como si todo lo que sucede a su alrededor fuese un decorado muy de fondo de sus problemas y aventuras personales que solo en algunos casos choca con su mundo (como en el episodio de Dachau, resuelto en mi opinión de forma un poco decepcionante). En general la obra cumple con sus objetivos, pero me deja cierta sensación de vacío, me entretuvo en el metro acortando mis viajes y ayudándome a matar el tiempo tal y como a priori promete, pero ese es quizá el problema, que después de leerla tengo la sensación de haber “matado” el tiempo, no de haberlo aprovechado, tengo la sensación de que esta obra no me deja casi nada para mi enriquecimiento personal, prácticamente ninguna huella, pero esto solo es un inconveniente si se busca algo más que esa evasión porque la obra cumple con sus objetivos comerciales y desde luego invitará a consumir más novelas de este autor a los amantes de esta literatura, yo mismo no tendré empacho en leer otra si alguna vez quiero evadirme de nuevo lo que, y quiero remarcarlo, no tiene nada de malo siempre que se haga con moderación y supone en ocasiones un gran placer. En resumen, como no deja huella, y a pesar de olvidarse en un rato, no es una obra para una relectura que permita apreciar matices (que no existen) pasados por alto la primera vez, pero eso sí: dura más y cuesta mucho menos que una entrada de cine.
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La velocidad de la luz Javier Cercas Categorías
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Abril 2020
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